La metodología de la LSE constituye el conjunto de normas y decisiones que organizan, de forma global, la acción didáctica en el centro. No existe la metodología ideal y será nuestro centro el que determine las más adecuadas para sus grupos de alumnos y alumnas en función de las características y situación del centro (grupos de alumnado, recursos, entorno, instalaciones, etc.).
Tiene un carácter globalizado, es decir la enseñanza de la LSE se hace a la vez que se enseñan las demás áreas o materias estableciéndose las conexiones y relaciones entre las distintas etapas.
La LSE se concibe como lengua de acceso al currículum, al conocimiento, como lengua de comunicación y representación mental del mundo, y por tanto ha de estar presente en todas las actividades que se implementen desde el centro.
La LSE constituye también un valor cultural propio de las personas sordas, a través de la cual el niño sordo comienza el despliegue de su identidad que se consolidará en etapas posteriores. Los niños necesitan una integración de dos culturas como personas sordas inmersas en una sociedad oyente.
Actualmente existe mucha diversidad en el alumnado debido tanto a variables internas como el tipo de sordera, etiología de la sordera, grado de pérdida auditiva, edad del inicio de la sordera, otras discapacidades añadidas, etc.; como a variables externas de tipo familiar (madres y padres sordos u oyentes, momento del diagnóstico de la sordera, aceptación de la sordera,...), de tipo social (alumnos/as inmigrantes, contexto socioeconómico,...), etc.